Me gustan, me llaman la atención y estoy deseando crecer para entender porque vuelan.
Desde casa de mis abuelos se ven pasar allá, a lo lejos, y cuando oigo el ruido que hacen al volar, me quedo quieta y miro al cielo hasta que los veo.
Días atrás, antes de que empezara este calor, me llevaron mis abuelos a ver el aeropuerto. No escogimos bien ni el día ni la hora. A media mañana no llegan muchos aviones y además, hacía un poco de niebla. No se porque en estos sitios no hay una terraza para que los niños podamos ver todo esto que nos impresiona y nos hace soñar.
Menos mal que enfrente del aeropuerto hay una cafetería desde donde se ve, aunque lejos, como aterrizan los aviones.
Y allá nos fuimos; mientras esperábamos nos tomamos un bollito (el periódico y las gafas nos son mías)
y un cafelín -a mi estas cosas de mayores empiezan a gustarme-
también tienen un montón de fotos con aviones
claro que lo interesante estaba fuera, enfrente
pero aun estaba por venir y tardaba;
las "autoridades" tendrían que preocuparse más por nosotros, los peques
que menos que un tobogán y un columpio
para matar el tiempo
!!cuando yo tenga edad y vote os vais a enterar!!
y después de un rato apareció un avioncito de nada, de hélices; parece ser que viene de Portugal, de Lisboa. Quedé un poco chafada, tanto esperar para esto. Abuelos, quiero, bueno, me gustaría ver de cerca uno grande, de los de verdad.
Oye, dicho y hecho, al día siguiente ya pude ver y tocar un avión, aunque solo fuera un trocito, el de delante.
Aquí, en La Coruña, hay un museo, MUNCYT, -museo nacional de la ciencia y la tecnología- que tiene dentro un avión. Fue estupendo
verlo desde tan cerca
fijaros, las ruedas pequeñas, las de delante, son más grandes que yo
y los asientos, !menudos!, creo que son de clase busines o algo así;
estuve un rato grande viendo todas las cosas
que tienen que saber los que conducen los aviones, no se, no se si yo de mayor.......
claro que aun me falta mucho tiempo; ya os contaré
Mientras, una sonrisita