A que si, a que es imperdonable el que espere tantos días para hablar de la sorpresita que tuvieron mis abuelos el día que cumplía ocho meses. Pero es que claro, cómo voy a hablar de algo que desconozco?. Al principio me asustaba un poco cuando Argos, (así es como llamamos a la sorpresita) se acerca a mi todo impetuoso
el cachorrito de Golden. Además, los primeros días no dejaban mis abuelos que lo viera muchas veces al día. Estábamos con eso de la desparasitación, eso de sacar los vagos de dentro.
pero ahora, cuando se cuela dentro de casa, viene a toda velocidad a la salita en donde estoy viendo la tele o jugando
y yo me pongo muy contenta
yo ya soy su amiguita porque veo que, aunque es más hábil que yo, no me hace daño y se que me va a cuidar siempre
también el día de mi cumple, el abuelo se empeñó en regalarme flores.
y claro, como aun no tenemos silla de ir sentada, sacó la trona para fuera de casa. Abuelo, que no es un trono, que es una trona
pero bueno, aquí me veis aguantando por no hacerle un feo.
Tengo muchas más cosas para contaros pero no puedo por que me canso y también vosotros seguro que acabaréis aburridos. Otro día sigo, así que por hoy nada más.
Como siempre, una sonrisita
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